Leer el texto y contestar las consignas que figuran abajo:
LA
LIBERTAD ACADÉMICA EN TIEMPOS NEOLIBERALES
UNA
MIRADA DESDE AMÉRICA LATINA
Atilio
A. Borón
Consejo
Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO)
[...]
3. El perfil de la educación
superior en cinco países: instituciones, estudiantes, docentes
Tras
haber clarificado brevemente estos asuntos, veamos la situación de las
libertades académicas en los cinco países de nuestro estudio. Comenzaremos
proporcionando una descripción panorámica de la situación del sistema
universitario en América Latina, con referencia especial a Argentina, Brasil,
Colombia, Costa Rica y México (Tünnermann Bernheim, 2003). Existe un amplio
consenso entre los académicos de que la situación de las universidades
latinoamericanas puede ser caracterizada, a grandes rasgos, como sigue:
Masificación
La
segunda mitad del siglo XX seguramente será recordada, tal como lo ha escrito
un reconocido experto, como aquélla en la cual los sistemas universitarios se
expandieron a nivel mundial a un ritmo espectacular. Los estudiantes
universitarios totalizaban 13 millones en 1960; poco antes del finales del
siglo, los números habían crecido seis veces, totalizando 82 millones en 1995
(García Guadilla, 1998 y 2003). Hay veinte países con “megasistemas”
universitarios, esto es, con una matrícula total de más de un millón de
estudiantes. Entre ellos están tres de América Latina: Argentina, Brasil y
México.
Siguiendo
estas tendencias mundiales, los países latinoamericanos experimentaron una
rápida expansión de su matrícula universitaria en la segunda mitad del siglo XX.
El
número de estudiantes universitarios subió de cerca de 270.000 en 1950 a casi 9 millones a
principios del siglo XXI. Impresionantes como son, estos números están lejos de
ser un logro excepcional de nuestros países. Sólo reflejan una tendencia universal
cuya fuerza motriz reside en dos factores principales: por un lado, el
creciente nivel educativo exigido por mercados laborales cada vez más
competitivos como resultado del formidable desarrollo de las fuerzas
productivas y de los cambios suscitados por el paradigma tecnológico emergente
de la tercera revolución industrial; por otro lado, una expansión causada por
la vigorosa incorporación de las mujeres a la educación superior. Aunque puede
parecer fuerte en América Latina, esta tendencia es aún más enérgica en las
naciones capitalistas avanzadas y en el sudeste asiático, países donde la
expansión cuantitativa de la matrícula universitaria se incrementó a un ritmo
todavía mayor que en los países de nuestra región. Si para mediados del siglo
XX la tasa bruta de matriculación (como porcentaje de la población de entre
veinte y veinticuatro años de edad) en toda la región fue del 2%, hacia finales
del siglo había sobrepasado la marca del 20%. El promedio, como es habitual,
oculta importantes diferencias en este sentido. Mientras que en Argentina la
tasa de matriculación fluctuó por encima del 40%, en Costa Rica el valor fue
del 26,3%, 14,2% en Colombia, 14% en México y 11,3% en Brasil. No sorprende que
las dos mayores universidades de la región, la Universidad Nacional Autónoma de
México y la Universidad de Buenos Aires tengan una matrícula estudiantil más
alta que la cantidad de estudiantes de algunos de los países más pequeños del
área, como Costa Rica, y, en general, los países de América Central.
Privatización
En línea
con las principales recomendaciones del Consenso de Washington, el sistema
educativo fue redefinido como un “mercado educativo” en el cual los proveedores
privados no sólo eran bienvenidos, sino calurosamente seducidos, mientras que
las normas y regulaciones apuntadas a garantizar la calidad de la educación
superior y el creciente acceso a ella eran casi inexistentes o, en el mejor de
los casos, mantenidas en niveles muy bajos.
La
privatización y la desregulación de la educación superior se convirtieron en
los gritos de batalla de los “reformistas” desde los años 1980 en adelante. La
efectividad de sus iniciativas puede comprobarse muy fácilmente: si hasta
mediados del siglo XX las universidades públicas prevalecían sin contrapeso en
la región, en los últimos veinticinco años la situación ha sido radicalmente
modificada. Hoy por hoy, la matrícula en las universidades privadas representa
cerca del 40% del total, pero en lo que respecta a las instituciones mismas,
casi el 60% de todas las universidades de latinoamericanas ahora son privadas.
Una
mirada más cercana a los casos nacionales que constituyen el objeto central de
estas reflexiones muestra que países como Brasil, y Colombia (pero también
Chile, la República Dominicana y El Salvador, entre otros) tienen a la mayoría
de los estudiantes inscriptos en universidades privadas; en Argentina, México y
Costa Rica (pero también en Guatemala, Paraguay, Perú y Venezuela, sólo por
nombrar algunos) ocurre lo contrario.
Tal como
lo señala un reciente censo universitario brasileño, siete de las diez
universidades más grandes –medidas según la matrícula estudiantil a nivel de
grado— son privadas, siendo privadas también las dos más grandes: la
Universidad Eustacio de Sa, del estado de Río de Janeiro, con 100.617
estudiantes, y la Universidad Paulista, en San Pablo, con 92.023 estudiantes de
grado. Entre 1996 y 1999, la matrícula en las instituciones privadas creció un
45,2 %, mientras que en las universidades oficiales brasileñas creció a un
ritmo mucho más modesto: 18,8%. Entre 2000 y 2003, la expansión de la matrícula
en las universidades privadas se aceleró, incrementando sus números en un 79%
durante todo el período, mientras que la matrícula de las universidades
públicas aumentó sólo un 36,9%. No sorprende entonces que para finales del
siglo casi los dos tercios de todos los estudiantes universitarios estuvieran
inscriptos en universidades privadas en Brasil y Colombia, mientras que esta
cifra era cercana al 20% en Costa Rica y México, y estaba apenas sobre el 10%
en Argentina. En estos últimos dos países, la enorme matrícula de la
Universidad de Buenos Aires y de la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM), entre otras grandes universidades públicas, ha sido un importante freno
a la desproporcionada gravitación que las universidades privadas han adquirido
en otros países de la región. [...]
Bibliografía
• García
Guadilla, Carmen (1998), “Situación y principales dinámicas de transformación
de la educación superior en América Latina”, Caracas, Venezuela, Colección
Respuestas N° 2, CRESALC/UNESCO.
• García
Guadilla, Carmen (2003), “Balance de la década de los 90 y reflexiones sobre
las nuevas fuerzas de cambio en la educación superior”, en Mollis, 2003.
•
Tunnerman Bernheim, Carlos (2003) “Educación superior e investigación en
América Latina y el Caribe”, ponencia presentada en el Foro sobre Educación
Superior, Investigación y Conocimiento de la UNESCO, Buenos Aires, 17 y 18 de
marzo. (Actas V Conferencia Internacional sobre Educación Superior e Investigación,
Melbourne, Internacional de la Educación, 7-9 diciembre de 2005.)
Observe en el
texto que acaba de leer los siguientes aspectos y responda:
1. ¿Qué características tiene el léxico que
predomina? ¿Se usa un lenguaje especializado, estándar, informal, regional?
2. ¿Es cuidadoso en cuanto a la adecuación a las normas sintácticas,
ortográficas y de puntuación?
3. ¿Qué recursos gráficos utiliza y con qué fin?
Observe tipos y tamaños de letras, paréntesis, comillas u otros. ¿El texto está
“cuidado” en este aspecto?
4. ¿Es posible identificar un orden en la exposición de
las ideas en este fragmento? Intente explicar ese orden: cómo comienza, con qué
sigue, etcétera.
5. En el primer párrafo el texto habla desde la primera
persona del plural (nosotros: “veamos”, “comenzaremos”). Pero luego desaparecen
las personas como sujetos de las oraciones y aparecen formas impersonales
(“puede comprobarse”, “no sorprende”) o entes abstractos personificados (“los
países latinoamericanos experimentaron”, “el número de estudiantes subió”).
Analice qué efecto produce esta característica del estilo de este texto.
6. ¿Cuál es el rol
principal que lleva adelante el enunciador de este texto, es decir, el
responsable del decir, a lo largo del escrito: informa, explica, argumenta,
orienta conclusiones, da instrucciones, hace anuncios, promete cambios, indica
un deber ser, señala las soluciones correctas, llama a la acción?
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